Me vomito en la rutina

Me sumo hoy a las reflexiones nocturnas invocadas por mi memoria maldita que no quiere olvidar.

Domingo, el final de la semana, una semana en esta ocasión sin grandes acontecimientos, tan sólo el disgusto cotidiano, la tristeza de todos los días, la comida y el sueño, quiero más comida y más sueños, de esos sueños que no puedes recordar, aquellos que la mente bloquea por nuestro propio bien (mente sabia) para desahogar todas las noches ese pesar que de día escondo y de noche no me atrevo a pronunciar, nunca más.

Quiero más sueños musicales, donde las notas mesan mi conciencia y las complicadas armonías y ritmos den un toque de aventura a toda imagen que aparezca, como lo hicieron esta semana las composiciones de Yann Tiersen o Austin Tv que fueron tan solicitadas por mi oídos durante las horas de sol. Más sueños de ficción pero que pueda capturarlos en una pantalla como plantea el por mí admirado director de cine Eliseo Subiela en "No te mueres sin decirme a donde vas" (película que recomiendo altamente después de haberla visto en estos días).    

Depresión o goce completo en los últimos siente días los declaro no alcanzados, una semana irregular, mediocre, escuela, trabajo, salidas y música para el desestrés, rutina, me vomito en la rutina, rutina semanal y diaria, me vomito en la rutina y le grito "pronto te dejaré".